Las personas LGBTI a menudo renuncian a ejercer sus derechos y beneficios en el lugar de trabajo cuando las empresas carecen de programas sólidos de inclusión y diversidad. El miedo a la exposición y al posible rechazo obliga a muchos a ocultar su orientación sexual, lo que lleva a una preocupante renuncia a derechos laborales fundamentales.
Según el último estudio de REDI (Red Empresarial por la Diversidad e Inclusión LGBTI), sólo el 28% de los hombres homosexuales y el 24% de las mujeres lesbianas solicitan licencia por matrimonio o pareja de hecho en empresas sin políticas inclusivas. En contraste, estos porcentajes se disparan al 49% y 43%, respectivamente, en organizaciones que promueven activamente la diversidad e inclusión LGBTI.
La disparidad se extiende más allá de los derechos matrimoniales. Sólo el 17% de los empleados LGBTI en lugares de trabajo no inclusivos buscan beneficios de salud familiar o cobertura de seguro médico para sus parejas. Esta cifra se eleva al 43% en empresas que fomentan un entorno inclusivo. De manera similar, sólo el 13% de los hombres homosexuales solicitan un permiso parental para adopción en lugares de trabajo no inclusivos, en comparación con el 30% en organizaciones inclusivas. Para las parejas de lesbianas, la brecha se amplía aún más: el 10% solicita permiso parental o no gestacional en empresas no inclusivas, frente al 23% en las inclusivas.
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Prioridades corporativas de diversidad e inclusión
Si bien las estadísticas resaltan las disparidades en la forma en que las personas LGBTI ejercen sus derechos en lugares de trabajo inclusivos versus no inclusivos, el panorama general es optimista. Las corporaciones reconocen cada vez más la importancia de las iniciativas de diversidad e inclusión, siendo la inclusión LGBTI una máxima prioridad junto con la igualdad de género y la inclusión de la discapacidad.
Aceptar la diversidad LGBTI no es sólo una cuestión de cumplimiento o simbología; es un imperativo estratégico que impulsa la innovación, la creatividad y una mejor toma de decisiones. Una fuerza laboral diversa con diversas perspectivas y experiencias puede comprender y satisfacer mejor las necesidades de diversos clientes y partes interesadas.
Las empresas líderes están tomando medidas proactivas para crear una cultura de inclusión mediante la implementación de programas integrales de diversidad e inclusión. Estos programas a menudo incluyen grupos de recursos para empleados, iniciativas de capacitación y educación, y políticas que apoyan a las personas trabajadoras LGBTI, como igualdad de beneficios para parejas del mismo sexo e instalaciones neutrales en cuanto al género.
Además, las empresas están reconociendo la importancia de un liderazgo visible y una alianza para promover la inclusión LGBTI. Los altos ejecutivos y gerentes están adoptando una postura y sirviendo como modelos a seguir, demostrando su compromiso de crear un entorno inclusivo donde todos puedan prosperar.
Si bien se han logrado avances, el camino por recorrer es largo y la complacencia no puede ser una opción. Si nos esforzamos continuamente por lograr la inclusión, fomentamos conversaciones abiertas y respetuosas y defendemos los derechos y la dignidad de las personas LGBTI, podremos crear un mundo más equitativo para todas.